Autor: Luis R. Orozco, LCSW –
Para poder resolver un conflicto es importante tomar conciencia. En otras palabras, hay que saber reconocer cual es el verdadero problema. Muchas veces el problema no es el que creemos. Para muchos el problema está arraigado en algo que no queremos ver. Para otros el problema está en algo que todavía no hemos descubierto. Cualquiera que sea la situación la humildad es clave, ya que la humildad abre la mente y permite que la persona que enfrenta un conflicto pueda evaluar la situación de una manera más real y concreta. La buena evaluación de un conflicto es un paso esencial en el proceso de la búsqueda de una resolución. Por lo tanto, analizar el concepto de la humildad vale la pena. Ya que, sin este ingrediente el resolver conflictos es casi imposible. Los invito en este momento a desmenuzar la humildad conmigo y ver sus diferentes componentes para estimular nuestra mente y empezar el camino al buen manejo de conflictos.
La palabra humildad proviene del latín “humilitas” que simboliza pegado a la tierra. Este significado nos puede ayudar a asociar una persona humilde con alguien que tiene los pies bien puestos sobre la tierra, una persona centrada. Alguien que típicamente sabe lo que quiere, es segura de sí misma, no tiene problema de demostrarse tal y como es, es transparente en sus pensamientos, escucha con atención, aprende de los demás, acepta sus errores y es amable en sus actos. Este tipo de persona tiene la habilidad de poner a un lado su ego y sus preceptos para aprender de otras personas al igual que de las experiencias de la vida.
Aquellos que encuentran la humildad encuentran la sensatez. El ser humilde nos aporta lucidez y un poder particular para ver más allá de lo que nuestra capacidad nos permite. La humildad es una virtud moral contraria a la soberbia. La humildad no está siempre atada a una edad cronológica, un género, o aun estatus socioeconómico.
Lamentablemente mucha gente percibe la humildad como una señal de debilidad. Asocian la humildad con falta de carácter o con recursos limitados (pobreza), pero en realidad la humildad es una característica que nos permite ver nuestras limitaciones y actuar de acuerdo con tal conocimiento. En concreto, nos abre los ojos para ver más allá de lo que ya sabemos o pensamos saber. El ser humilde nos da la capacidad de abrir nuestra mente y aprender conocimientos nuevos que de otra manera no pudiéramos aprender.
Una vez que aceptamos la humildad en nuestra vida, podemos enfocarnos en reconocer el conflicto o el problema más claramente. Esa claridad nos da la habilidad de tener una mejor visión. Por medio de una visión más amplia, el camino a una solución se hace más posible.