Autora: Silvana Andrea Speranza –
Desde la ventana de mi cocina veo la copa de los arboles, enormes, frondosos.
Cuanto crecimiento denotan su tronco, sus ramas cuánta agua debe haber pasado por allí y uno solo ve el resultado.
Lo mismo pasa con nuestra vida podemos crecer frondosos enormes dar una hermosa sombra pero debajo de nosotros hay una historia de lucha de crecimiento personal, espiritual y mental que nos condujo allí mismo.
Embates de la vida, del diario batallar nos han golpeado pero también formado y forjado como lo que hoy somos.
Cuando el viento sopla fuerte como los arboles nos movemos y en ocasiones hasta una rama puede quebrarse pero el tiempo y la perseverancia siempre terminan sacando brote nuevo, renovando la vida.
Seamos como las copas de los arboles estirémonos hacia el cielo siempre en pos de más vida…
¡Hasta la próxima…vivamos!