Romina Rojas, Nutricionista – Sin que nos percatemos nuestro sistema inmunológico monta guardia constante en contra de microorganismos y agentes que causan enfermedades. Nuestro sistema de defensas se compone de órganos, tejidos y células especializadas. Estos tejidos son los que sufren daño cuando hay deficiencias vitamínicas y minerales. Si nuestro sistema comienza a fallar, se da lugar a la enfermedad.
Una buena alimentación no puede prevenir ni curar enfermedades infecciosas (Causadas por viruses, bacterias, parásitos) pero ciertamente comer saludablemente puede ayudarnos a fortalecer las defensas de nuestro cuerpo.
Por ejemplo si existe una deficiencia de vitamina C en nuestro cuerpo los glóbulos blancos y su capacidad para destruir patógenos se verán afectados. Fuentes de vitamina C: Naranja, guayaba, perejil, pimientos, broccoli, entre otros.
Por otra parte Zinc tiene un rol muy importante en la producción de anticuerpos y mediación en la respuesta inmunitaria, los cuales se verán perjudicados si poseemos niveles anormales del mismo.
Fuentes de Zinc: Semillas de calabaza, huevos, nueces, arroz integral, entre otros.
Si lo que nos está faltando es Vitamina A entonces la piel que es nuestra primer barrera de defensa se verá afectada.
Fuentes de Vitamina A: Frutas de color naranja y amarillo como la calabaza y las zanahorias. También las hortalizas de hojas verdes, huevos, leche, entre otros.
Es importante resaltar que los pigmentos de las frutas y verduras poseen diferentes nutrientes que nos ayudarán a fortalecer nuestro sistema inmunológico y gozar de buena salud a largo plazo. Mientras más colorida sea nuestra dieta mejor!