Autora: Silvana Andrea Speranza –

El cuerpo viaja más rápido que el alma.

En ella anidan nuestras emociones, nuestras dudas, nuestros recuerdos y cuando emigramos el cuerpo sube y baja del avión, pero nuestra alma queda anclada ahí donde esta lo emocional.

Muchas veces no cerramos esa fase y nos encontramos con el alma en un lugar no pudiendo despegar de aquello que fuimos y construimos, de aquello que marco nuestra identidad… pero el cuerpo ya viajo y ya está en el otro lado.

Camino difícil el del inmigrante repartiendo el peso del cuerpo entre sus dos pies, uno en el horizonte nuevo y el otro en su lugar de origen donde la zona de confort esta siempre al acecho.

Épocas duras llenas de incertidumbre, ansiedades y depresión.

Para todas estas emociones recomendamos paciencia y perseverancia.

Para la ansiedad y la depresión recomendamos la atención primaria en salud metal que nuestra agencia avala.

Y por sobre todas las cosas pensar que la emigración podríamos vivirla como una oportunidad para reinventarnos, como si se nos diese un cuaderno nuevo con las hojas en blanco y podemos empezar de cero a re-escribir nuestra historia personal, siempre podemos escribir algo más de nuestra historia ya que somos seres inagotables, solo tenemos que tener las ganas de escribir una y otra vez….

Hasta la próxima y no nos olvidemos, la vida siempre es hacia arriba…